Ultimamente tengo esto un poco abandonado, o más bien, abandonado del todo. No se si es por vaguería o por que no quiero oír lo que tengo que escribir. Pero hoy necesito decirlo y no me importa oírlo, porque al fin y al cavo, no para de sonar en mi cabeza...
¿Por qué duele todavía? ¿Por qué te sigo echando de menos?
Parecía que ya había pasado, que ese asunto estaba olvidado. Pero no. Ahora con el tiempo resurge, resurge para doler más aún. Y es que no soporto pensar que al final Alberto tenía razón, que eras solo una mentira. Una triste mentira más. Que has sido uno más de los que me han engañado, uno más de los que han jugado conmigo. Y yo he vuelto a ser la tonta que te creía, la que habría dado un millón de cosas por tí, y todas las que pude las di. Pero nada, tu te limpiaste el culo con ellas. Pero hay que ver que bien me engañaste, o eres un buen mentiroso, o yo cada día soy más ingenua. Tengo miedo a que sea lo segundo. Quizás se deba a que cada día estoy más desesperada por encontrar a esa persona que me de su cariño y me trate como a su princesa. Otra nota más para mi cuaderno: no bajar nunca la guardia, las ranas disfrazados de príncipe están por todas partes.
Como dijo una sabia: "tanto estar con cerdos que ha acabado siendo uno de ellos" ;)
