Y hay algo que nunca olvidaré de este año, y es de las cosas más importantes que me han ocurrido, y es que he recuperado a dos personitas que creía del todo perdidas. Son dos personitas que me han demostrado que realmente son mis amigas y que a pesar de mis errores ellas siempre estarán ahí para levantarme cuando lo necesite. Ahora se que ya no existe hombre, bicha o ser que pueda romper lo que hay entre nosotras, y se que haré lo que pueda por evitarlo. Ellas me han dado mucho, pero siento que las debo aún más. Y... jajaja, no puedo evitar llorar mientras escribo esto...jajaja. Pero es que ellas hacen que realmente merezca la pena vivir.
Pero no son las únicas personas que he recuperado en este 2010. También hay por ahí otros y otras loquill@s han hecho que sea un año inolvidable. Alguna loca que consigue hacer que por arte de magia desaparezcan los 212 km que nos separan. Otra con la que compartir 3 de las mejores semanas de mi vida bajo un sol abrasador y las luces de una discoteca. Algún coco que me da más disgustos que alegrías, pero aún así ha conseguido hacerse un hueco en mi vida. Otro desaparecido que aunque le vea con cuentagotas hace que cada vez sea le quiera más que la anterior. Y alguno que ha aparecido ha última hora pero se que traerá guerra para el 2011.
Y bueno, se que no solo han habido cosas buenas en este año, pero de las malas ya he aprendido lo que tenia que aprender. Esas cosas no quiero olvidarlas porque también han sido muy importantes, pero las dejaré en el 2010, ese es su lugar. Y a las buenas las recibo con las puertas del 2011 abiertas y deseando que continúen así durante mucho tiempo más.
¿Qué nos deparará el 2011?
En la Puerta del Sol
como el año que fue
otra vez el champagne y la uvas
y el alquitrán, de alfombra están.
Los petardos que borran sonidos de ayer
y acaloran el ánimo
para aceptar que ya, pasó uno más.
Entre gritos y pitos los españolitos
enormes, bajitos hacemos por una vez
algo a la vez.
Y en el reloj de antaño
como de año en año
cinco minutos más para la cuenta atrás.
Hacemos el balance de lo bueno y malo
cinco minutos antes
de la cuenta atrás.
Y aunque para las uvas hay algunos nuevos
a los que ya no están echaremos de menos
y a ver si espabilamos los que estamos vivos
y en el año que viene nos reímos.