sábado, 24 de septiembre de 2011

La última noche

La última noche a su lado, quizás fue tan bonita como las demás, pero estuvo bañada por el amargo sabor de la despedida. Sabíamos que era la última noche, desde la llamada hasta la despedida. Y con más certeza lo supimos cuando decidimos que así sería mejor. Porque, o aquello iba a más, o iba a... nada. Y eso es lo que tenemos ahora, nada. Pero aún así, en parte soy feliz de haber podido tener la última noche, y haberla saboreado a cada instante, cada segundo, cada caricia, cada beso... el último beso. Y luego dormir abrazados sin soltarnos ni un instante. Sabíamos que era la última noche y queríamos aprovecharla. Lo que no entiendo es cómo puedes querer que haya sido la última noche. Ojalá todas fueran últimas noches.

Y todavía sigo oliendo a ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario