¡Es maravilloso cómo tu olor te describe tan a la perfección!
Esa mezcla divina íntima y personal.
Tu olor, sutil y delicado, muy suave, tanto que me costó percibirlo al principio.
Luego lo probé y lo primero que aprecié es que no era un olor artificial, de estos seductores y atractivos que aportan los mejores perfumes, que están muy bien, pero no; el tuyo no era artificial, nada artificial, como tú, todo natural. Luego, el primer sabor que se forma en tu paladar es algo... amargo quizás, basto y aspero, provocado por el tabaco y el alcohol, de los cuales el primero siempre está presente, y el segundo en la gran parte de las ocasiones. Pero luego, cuando profundizas un poco más en tu olor es cuando se te llena la boca de miel y chocolate. Te empapas en la dulce fragancia de tu interior. Y ese es el sabor que se te queda, dulce, dulce, dulce. Ese es el olor con que sueño a cada momento.
Esa mezcla divina íntima y personal.
Tu olor, sutil y delicado, muy suave, tanto que me costó percibirlo al principio.
Luego lo probé y lo primero que aprecié es que no era un olor artificial, de estos seductores y atractivos que aportan los mejores perfumes, que están muy bien, pero no; el tuyo no era artificial, nada artificial, como tú, todo natural. Luego, el primer sabor que se forma en tu paladar es algo... amargo quizás, basto y aspero, provocado por el tabaco y el alcohol, de los cuales el primero siempre está presente, y el segundo en la gran parte de las ocasiones. Pero luego, cuando profundizas un poco más en tu olor es cuando se te llena la boca de miel y chocolate. Te empapas en la dulce fragancia de tu interior. Y ese es el sabor que se te queda, dulce, dulce, dulce. Ese es el olor con que sueño a cada momento.
Tu olor. Tú.
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