El veneno del ansia está recorriendo de nuevo todo mi cuerpo. Un veneno que hace que quiera tenerte aquí y ahora, un veneno que me provoca obsesión. Pero esta vez no quiero saciarme. Intento controlarlo, saborear cada gota amarga que extrañamente deja en la garganta un sabor dulce y picante a la vez. He encontrado el gusto ha esto, ya se qué es lo bueno que tiene. Y aunque no me agrade especialmente, aguantaré, porque las cosas no están aún del todo decididas, y porque si voy despacio todo es más emocionante, todo puede dar un giro en cualquier momento... deja muchas más posibilidades. Quizás al fin aprenda a vivir así, a controlar los impulsos sin apagar la vida. Como siempre... no lo se. Pero si se que esta es una forma nueva de sentir y eso me gusta =).
Al mismo tiempo pinta mis días de colores pastel. Que ni es rosa ni es negro...sino una mezcla que se hace agradable a mis ojos. Colores apagados llenos de ternura. Adelanta unas semanas la primavera. Florecen nuevas flores, que se esfumen los capullos. Respiro tranquilidad mezclada con olor a gofre con nata y chocolate... ¡MUCHO CHOCOLATE! Corro a la cocina a hornear mi felicidad envuelta en bizcocho de vainilla. Sabe bien. Quizás sea solo un sueño, pero pienso disfrutarlo, que cuando despierte no podré hacerlo.
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