Estoy empezando a ser consciente de que esto era más que un capricho. Que me importa más de lo que creía. Pero sobre todo estoy siendo consciente de que lo necesito. Cada vez me siento más perdida ahora que el camino que me llevaba hacia él ha desaparecido. Voy dando tumbos. Cogiendo caminos equivocados que me hieren. Cada vez pienso más en él y cada vez siento como mis ganas de estar a su lado crecen. No paro de preguntarme: ¿Por qué no he sabido lo que quería hasta que lo he perdido?
Pero... ¿de verdad lo he perdido? Mi mente y sobre todo mi corazón se niegan a creerlo. Y es que aunque sean pocos, pero me sigue dando motivos para pensar que algo queda, que no todo está perdido y que existe alguna posibilidad de recuperarlo. Y si es así, no pararé hasta conseguirla!
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