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A veces cogemos caminos fáciles para evitar el dolor que produce el camino difícil. Es hora de cambiar el rumbo... espero que no sea tarde...
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Muchas veces intentamos ser quién no somos. Y todo por inseguridad, por miedo. Otras veces no vemos que lo que buscamos lo tenemos enfrente de nuestras narices, quizás porque no queremos verlo. Pero llega un día en el que te das cuenta que no puedes seguir engañándote. Entonces decides dar una patada al miedo y arriesgarte a perder. Porque como dice el dicho quién no arriesga, no gana. Es hora de arriesgar y ya veremos si de ganar o perder. Voy ha apostar por ti. Voy a luchar por ti.
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